IL VIAGGIO DEL CAPITAN FRACASSA

IL VIAGGIO DEL CAPITAN FRACASSA


IL VIAGGIO DEL CAPITAN FRACASSA






Título original Il viaggio di Capitan Fracassa
año 1990
Duración 132 min
Director Ettore Scola
Guion Ettore Scola y Vicenzo Cerami (Novela: Theophile Gautier)
Musica Armando Trovajoli
Fotografía Luciano Tovoli
Reparto Vincent Perez, Massimo Troisi, Ornella Muti, Emmanuelle Beart, Jean-François Perrier, Lauretta Masiero, Toni Ucci
Productora Coproducción It-Fr.; Cecchi Group Tiger Cinematrografica (Roma) / Gaumont (París)

Elenco:
Vincent Perez (Barão de Sigognac)
Emmanuelle Béart (Isabella)
Massimo Troisi (Pulcinella)
Ornella Muti (Serafina)
Lauretta Masiero (Lady Leonarde)
Massimo Wertmüller (Leandre)
Jean-François Perrier (Matamore)
Tosca D'Aquino (Zerbina)
Claudio Amendola (Agostino)
Marco Messeri (Bruyeres)
Ciccio Ingrassia (Servente de Sigognac)
Remo Girone (Vallombrosa)

Argumento
La acción se desarrolla en el siglo XVII, en una Francia tenebrosa dominada por la peste, las guerras de religión y el hambre, que están diezmando la población y enfrentan a la empobrecida y supersticiosa plebe con una decadente aristocracia que lucha por pemanecer donde está. En esas difíciles circunstancias, un joven aristócrata arruinado abandona su destartalado castillo por seguir a una bella actriz y convertirse él mismo en actor y autor teatral. De este modo, viajará con la desarrapada troupe de cómicos ambulantes por toda Francia, desde Gascuña hasta París. En su camino tropezarán con todo tipo de personajes a cual más pintoresco.

França, 1774. O último e faminto herdeiro da família Sigognac deixa o castelo de seus ancestrais para acompanhar um grupo de atores itinerantes a caminho da corte do rei. Seduzido pela bela Serafina e pelo amor de Isabelle, o jovem Sigognac dará início a suas aventuras. No decorrer da difícil viagem, é Isabelle que, com sua ingenuidade, lhe conquista o coração e por ela Sigognac enfrentará seus maiores desafios. Emboscadas, sequestros, duelos e amores o transformam em um verdadeiro Senhor: o Barão de Sigognac. A pedido do amado, Sigognac vence sua timidez e se inicia no teatro. Isabelle foge preferindo a vida de conforto e riqueza no palácio do Duque. Desiludido, o jovem Barão descobre no teatro sua verdadeira paixão.[i]


Comentario/Crítica

Se trata de una singular adaptación muy libre de la novela "Le Capitaine Fracasse", del escritor francés Theophile Gautier. La obra ya fue llevada antes al cine por lo menos en otras cuatro ocasiones, entre las que destaca la realizada en 1943 por Abel Gance, con Fernand Gravey, Assia Noris, Vina Bovy y Jacqueline Florence en los principales papeles.

Formalmente, la película supone un interesante desafío. Scola inicia y finaliza la historia introduciendo y sacando, respectivamente, la cámara del escenario de un teatro de época. De esta manera justifica el estilo que ha empleado en la película, que no es otro que un estilo decididamente teatral, en el que los fabulosos parajes donde transcurre la acción —bosques inmensos, castillos, pueblos...— han sido recreados en los estudios Cinecittá. Inicialmente, cuesta aceptar esta audaz opción visual; pero cuando uno entra en ella, resulta sencillamente fascinante, pues aporta a la historia un halo de irrealidad muy sugerente. En este punto, además del magnífico trabajo de ambientación, vestuario y escenografía, destaca la preciosa y siempre matizada fotografía de Luciano Tovoli.

Aceptado lo anterior, no cuesta tampoco aceptar el estilo eminentemente declamatorio de los actores, que al fin y al cabo dan vida a cómicos que están actuando en todo momento. Todos están bastante bien en su asumida artificiosidad, aunque destaca claramente, como era de esperar, Massimo Troisi; viendo esta película —o la citada Ché ora es?— se puede apreciar que lo de El cartero (y Pablo Neruda) no fue ni mucho menos una casualidad, sino la brillante culminación de una carrera de primera categoría.

A la consecución de este magnífico festival interpretativo coopera decididamente un guión sólido y muy variado, lleno de diálogos y situaciones brillantes. Desde luego, lo que tiene más entidad dramática es la reflexión que plantea la película sobre esa ya clásica tragedia íntima de los cómicos, que a menudo tienen que hacer reír a los demás cuando ellos mismos tienen el corazón roto. En este punto se cae a veces en un pesimismo excesivo: «El teatro proporciona alegría a todos menos a quien lo hace», dice con cierto deje desencantado un personaje. Sin embargo, también se afronta con hondura el sentido del sufrimiento: «Una historia sin dolor no hace reír —dice otro de los personajes—; ahí están nuestros sufrimientos disfrazados de bufonerías».

En cualquier caso, además de drama, en la película hay aventuras, humor grotesco, pasajes líricos... Todo ello, inyectado de una fuerte carga de crítica social, no ajena a los postulados marxistas en los que Ettore Scola creyó firmemente hasta hace poco. Esta toma de posición ideológica se plantea habitualmente de un modo amable e inteligente, más sarcástico que apologético, que sólo resulta molesto en su permisivismo sexual —que propicia varias secuencias exhibicionistas algo ridículas— y en algunos comentarios dispersos con un cierto tufillo ácrata y anticlerical bastante apolillado.

Estas sombras ideológicas afectan sin duda a la calificación de la película como obra de arte, aunque no oscurecen demasiado su indudable calidad visual e interpretativa. Más grave, quizá, sea el defecto detectado por algunos críticos —como Manolo Marinero—, que han denunciado la falta de fidelidad de Scola al relato original, que perdería en la película su pasión y desmesura, para adoptar una mirada distante e irónica, que no se implica de verdad en los temas que trata. No he leído la novela de Gautier, pero ciertamente esa distante ironía, de cortante frialdad, preside la película y, a la postre, debilita un poco la consistencia de los personajes, al no delimitarse bien lo que hay de real y de representado en sus reacciones y motivaciones. Esto deja en el espectador un amargo poso de indiferencia, como si todo el bello despliegue que le ha embaucado durante casi dos horas fuera un simple juego, un brillante ejercicio de estilo sin demasiada vida dentro. Puede que así sea. En todo caso, resulta una película muy interesante que, además de todo lo dicho, ofrece un original acercamiento del cine al teatro. J.J.M.[ii]

 Il viaggio di Capitan Fracassa, liberamente tratto dall'omonima opera del 1863 di Théophile Gautier, è il terzo ed ultimo film interpretato da Massimo Troisi sotto la direzione di Ettore Scola.

Il film narra la storia del barone di Sigognac (Vincent Perez), che si unisce ad una compagnia di guitti, diventa Capitan Fracassa e condivide con loro il viaggio per arrivare a Parigi alla corte del re.

In questa compagnia Troisi veste i panni di Pulcinella, uno dei personaggi principali che viene da lui originalmente interpretato.

Questo film è giocato molto sul collegamento tra cinema e teatro, con la rappresentazione teatrale rispecchiata sul grande schermo. In Massimo Troisi la formazione ed il retaggio teatrale è radicato, forte ed evidente, specie in questo film.

Pulcinella ribadisce ai suoi compagni di viaggio di essere una figura comunque estranea e complementare alla loro pienezza. Pulcinella gioca molto, come personaggio, con la sua estraneità sul set e sulla sua funzione quasi di esterno, di voce "OFF" che tiene i fili della narrazione.

Un elemento che ritorna in questo film è il concetto di "emigrante": Pulcinella, infatti, si trova in Francia e non a Napoli ed è, perciò, anche in questo film un "corpo" lontano dalla sua terra.
<>, dirà al giovane barone di Sigognac in una delle più belle sequenze del film.

Il viaggio di... é il secondo film in costume per Massimo Troisi, dopo l'esperienza di Non ci resta che piangere e l'ambientazione generale dei due film è molto comune, salvo, forse, una maggiore leggerezza e spensieratezza nel film in coppia con Roberto Benigni.

Troisi è capace di incarnare ogni tipo di personaggio, che è come se fosse sempre lo stesso ed inserirlo nel '600 così come ai giorni nostri. Il set di Troisi è un set unico, con fondali intercambiabili e con l'innata teatralità trasportata al cinema.

La prima scena del "Capitan Fracassa" è un campo lungo, con Pulcinella in uno spiazzo che va verso una fontana per riempire un secchio d'acqua. E' vestito di pesanti stracci per proteggersi dal freddo e quest'immagine ci rimanda ad un'idea di povertà. Abbiamo la visione di un povero Pulcinella tenero immerso in una desolazione pesante, insopportabile ed in un posto dove circolano malattie e fame.

Sono immagini forti, con Troisi nascosto solo fisicamente in quei panni ingombranti in ogni senso, ma fluttuante in una dimensione atemporale.

Dice Troisi: <<......mi sono divertito a fare Pulcinella nel Capitan Fracassa, anche perché io quando scrivevo le farse su Pasqualino (personaggio rifacentesi a Pulcinella, ma inventato) era anche per non affrontare Pulcinella, questa maschera così difficile e complicata. Invece la figura raccontata da Scola di Pulcinella uomo, mi piaceva.........>>

Il viaggio di Capitan Fracassa è un esempio di teatro nel cinema, di stretto collegamento tra le due arti, quella antichissima e quella moderna, che, a dispetto di tutto, sembrano legare benissimo.

Nel film la maschera, il volto di Troisi è in bilico tra il comico più nuovo ed il classico, diventando un personaggio riuscitissimo.

Il viaggio avventuroso raccontato da Scola sembra quasi una favola che si snoda tra sentimenti, pessimismo ed amore. In questa commedia ci sono tutti i tratti più classici di uno dei più grandi protagonisti della comicità italiana, che confluiscono in quelli paradossali e grotteschi di una tra le maschere più affascinanti del teatro e del romanzo europeo.

Il film è tenero e spettacolare, ed è illuminato da lampi di irresistibile satira e tracce di commedia, molto allusiva anche al presente.
L'ambientazione del film è medievale ed il film si apre, come abbiamo detto, su Pulcinella, fermo nella radura di un bosco con i carrozzoni e la sua compagnia di attori itineranti. In una ambientazione surreale,con colori tenui quasi da fiaba, Pulcinella parla della storia sua e di Capitan Fracassa con un ufficiale sanitario. Soprattutto parla di Fracassa e di come lo conobbe, imbevendo il discorso del suo solito tipo di recitazione un po' ripetitiva e costellata di frase monche.

Le inquadrature successive mostrano l'evolversi della storia fino a che i nostri attori entrano nel castello dove incontrano il barone di Sigognac, che poi diventerà Capitan Fracassa, ed il suo servo (Ciccio Ingrassia).

Il castello è molto fatiscente, tira aria di povertà, miseria e ...pidocchi (il giovane barone per questo motivo ha addirittura i capelli rasati). Il servo suggerisce ai guitti di portare con loro a Parigi il barone, visto che il padre aveva salvato la vita al Re di Francia. Il servo insiste molto sulla forza della spada della casata e, data l'ambientazione medievale, non è difficile vedere una simpatica similitudine con il personaggio leggendario di re Artù.

I guitti acconsentono a portarlo con loro, ed è proprio Pulcinella che dice: <<...si, portiamolo con noi, così quando incontrerà il re , ci farà senz'altro recitare al teatro di corte....>>. Ecco l'opportunismo puro che avanza, ma solo all'inizio, in fondo poi Pulcinella è un personaggio anche molto sensibile.

Il servo chiede a Pulcinella di poter sempre vegliare sul barone ed, addirittura glielo vende.

Il quadro per tutta la durata dl film è quasi sempre immerso nella nebbia.

Ci sono molti campi lunghi e lunghissimi, diverse carrellate e parecchi m.d.m; anche il cinema di Ettore Scola, in fondo, è un po' statico.

Per quanto riguarda l'uso della prospettiva, l'immagine del film crea una bella illusione di profondità, probabilmente si è ricorso a tecniche extra cinematografiche ed a procedimenti ottici, sfruttando anche le regole base del disegno , cioè la costruzione del quadro a partire da linee o superfici convergenti, aprendo zone luminose sullo sfondo di scene immerse nel buio.

C'è ricerca di combinazione e di contrasti tra colori e toni caldi e freddi, che rispettivamente suggeriscono prossimità e distanza: tutto ciò è presente anche nella pittura.

C'è anche una buona profondità di campo, a cui corrisponde naturalmente una minore apertura del diaframma, che mette a fuoco molto bene tutti i piani e gli oggetti ripresi nel quadro.

La musica che accompagna e sottolinea il film è mollto medievaleggiante, ci sono pochi primissimi piani, forse solo qualcuno in più per Pulcinella, che poi è il narratore della storia.

Pulcinella in questo film è visto davvero in tantissimi modi: come artista in scena con la sua compagnia, come araldo per le vie dei paesi dove si ferma a presentare il suo spettacolo ma soprattutto come uomo, preda dei suoi pensieri e dei suoi problemi.

La fisionomia di Pulcinella ed il suo costume sono stati studiato a lungo da Scola e dai suoi collaboratori, che hanno scelto di presentarlo nelle sue vesti piu' arcaiche ed affascinanti. Dal punto di vista iconografico, Pulcinella nel tempo ha subito delle piccole modifiche, nell'abbigliamento e nel costume e qui è rappresentato in una delle sue vesti più antiche: con il cappello lungo ed il bastone, tra l'altro chiari simboli fallici, caratteristici della sua maschera, che ci riconducono alle primordiali figure di satiro ed addirittura di diavolo.

Il viaggio di... contiene tanti messaggi profondi e tanti spunti di riflessione. C'è un pezzo in cui Serafina (Ornella Muti) dice con profonda amarezza che le attrici vanno bene per una notte, ma non per la vita.

Questo concetto si rifà a quello di attore "maledetto" da sempre espresso in tutte le epoche storiche.

I codici sonori del film sembrano quasi extra diegetici, ma enfatizzano molto la narrazione: l'ambientazione, cupa e medievaleggiante è rafforzata dagli echi lontani degli ululati dei lupi e dal gracchiare delle cornacchie.

Pulcinella a volte si comporta in modo strano: dice che la neve è brutta, che vorrebbe tornare a Napoli (ancora il ritorno alle origini...) e che il teatro da' gioia a tutti tranne a chi lo fà; c'è un alone di tristezza e malinconia che aleggia sul film.

Il barone di Sigognac, che intanto prende parte alle rappresentazioni, da un errore di comprensione da parte del suggeritore che dice: <>, capisce <> e da qui in poi questo sarà il suo nome.

Pulcinella continua con le sue stranezze ed a chi gli chiede se è mai stato innamorato, risponde: <<...non sono mai stato innamorato di nessuno, tranne della pizza di pane coi fichi dentro...>>.

Ancora un appunto sul linguaggio usato: c'è un elemento disturbatore ma simpatico che è dato dal linguaggio de "l'Emplacable" (Claudio Amendola), un bandito buono, che si esprime con un misto di spagnolo e ciociaro.

Il viaggio di Capitan Fracassa racconta, quindi, il viaggio del barone, da quando i guitti lo incontrano nel maniero fino a quando diventa l'elemento piu' importante della compagnia. Tra scenari di cartapesta ed amori appassionati, il film è quasi un road movie che fa del teatro la metafora del mondo in maniera picaresca e divertente. Dal libro di Théophile Gautier, Scola, Scarpelli e Tovoli ricostruiscono il seicento a Cinecittà con colori ed ombre da "tableaux vivents", puntando su una atmosfera favolistica ed una cornice d'intorno molto vivida.

Le pagine del film sono percorse veramente da tutto: recita, metafora, avventura ed illusione. Il personaggio di Pulcinella, tra l'altro "io narrante", è uno dei più scolpiti e compiuti e l'opera rimane molto convincente, enigma in bilico tra realtà e finzione scenica.
Per finire, ricordiamo che nella mostra del cinema di Cinecittà, tenuta nei[iii]



CITAS:



[i] http://www.uem.br/cinuem/index.php?option=com_content&task=view&id=161&Itemid=1
[ii] http://cineforum-clasico.org/archivo/viewtopic.php?f=93&t=13759
[iii] http://www.napoletanita.it/troisi/13.htm

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